Ambiente
Condor juvenil ya se encuentra en Temaikén recuperándose y no volverá a San Luis
14 de julio de 2025 - 10:49 hs.

El Centro de Recuperación de Especies (CRET) de Fundación Temaikén recibió un ejemplar de cóndor andino hembra de seis meses de vida proveniente de la localidad de Luján. Si se recupera con éxito no retornará a Luján, su destino será Sierra Pailemán en la provincia de Río Negro, donde vivirá libre junto a otros pichones de cóndores y será monitoreado por el Programa de Conservación de Cóndor Andino.
Fueron días agitados para este magnífico ejemplar de cóndor andino hembra. Hace algunas horas, Lorena Godoy, una vecina, se contactó con las autoridades policiales y con el equipo del Área Natural Protegida Quebrada de Las Higueritas tras divisar en proximidades al dique un pichón de cóndor andino apostado en unas rocas sin lograr emprender vuelo.
Tras caer al agua, rápidamente otro vecino, Ignacio Segre, lo alcanzó en kayak a 1.500 metros de la orilla en un dramático rescate y logró trasladarlo a las manos del guardaparque Samuel Olivieri, que contuvo al animal y lo llevó a un lugar más cálido para que pudiera secar sus plumas, acción fundamental para el animal por las bajas temperaturas.
En los días que siguieron, el equipo de Quebrada de Las Higueritas intentó su retorno a la silvestría, pero la pequeña hembra no lo logró (más adelante te contamos porqué). De esta forma, el ejemplar fue trasladado a la Clínica Veterinaria del Centro de Conservación de Vida Silvestre de La Florida, en preparación de su arribo a la Fundación Temaikén.
El traslado fue realizado en una operación conjunta de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable y el Programa de Conservación de Cóndor Andino (PCCA), con rumbo al CRET vía aérea, donde no hubo dificultades.
“Durante su estadía en el Centro de Conservación, el ejemplar se mantuvo dentro del canil en la Clínica, donde no había movimiento y fue alimentado con la mano cubierta, dejando comida para que pudiera alimentarse. El aislamiento es total porque hablamos de un pichón, no puede ver que las personas le den de comer porque puede improntarse lo suficiente de manera irreversible”, explicó la veterinaria Andrea Gangone.
El PCCA abrazó el animal, lo envió a Temaikén y su destino -si el equipo veterinario liderado por Martín Falzone del CRET, en Escobar, Provincia de Buenos Aires tiene éxito- será Sierra Pailemán en la provincia de Río Negro. La condor hembra no volverá a San Luis, volará junto a los suyos en proximidades del oceano Atlántico, hogar ancestral de la especie de los Andes.
¿Por qué un cóndor de San Luis puede ser liberado en la Patagonia?
El PCCA logra recuperar cóndores andinos a lo largo y ancho de Sudamérica, haciendo un descomunal esfuerzo por el cóndor andino (Vultur gryphus) porque se trata de una especie amenazada y en peligro de extinción, de gran valor cultural y ecológico. Sus profesionales -que tienen en su experiencia más de 507 rescates y 258 liberaciones- siempre priorizan el lugar de retorno a la silvestría en donde el animal fue encontrado, en su origen. Pero en el caso de los pichones, la historia es diferente.
El ejemplar juvenil encontrado en Luján tiene todavía pequeños plumones, no tiene más de seis meses de vida, y hace poco ha empezado a salir del nido. “Generalmente los nidos están en paredones o acantilados, entonces van saliendo de a poco, trepando las piedras, haciendo vuelos muy cortos de aprendizaje y acompañados del papá y la mamá. Lo que pasó con esta ‘pichona’ es que la inexperiencia, en sus primeros vuelos, hace que a veces los pichones se caigan, ocurre todo el tiempo. No sabemos si ella cayó al agua y después subió a la piedra. Lo que si pudo verse en Luján, fue a dos cóndores sobrevolando la zona donde se encontraba, seguramente sus padres, por lo que valía la pena intentar que el animal volara, aunque era difícil”, señaló la bióloga de Eco Parque de Buenos Aires, Daniela Rodríguez.
Luego de ser rescatada, el ave fue asistida por el guardaparque Samuel Olivieri, que le brindó un lugar más caliente para pudiera secar sus plumones y plumas. Cuando fue rescatada, el ejemplar se tiró al agua para escapar, pero cuando se intentó liberar al otro día y no voló, al acercarse los rescatistas se tiró al piso, como entregándose. “Esto ocurre porque ella es muy chiquitita. Como la experiencia de vuelo la obtienen de ambos padres, no la aprenden solos, en estas condiciones no puede ser liberada, como hacemos con todos los cóndores, llevándola a un acantilado y abriendo el canil, porque o no va a salir de la caja, o simplemente no va a volar”, explicó Rodríguez.
El PCCA tiene su dispositivo de liberación de cóndores sin experiencia de vuelo en la base de campo de Sierra Pailemán, en Río Negro, cerca de la costa atlántica. “En este lugar hay una plataforma de liberación, que es un recinto grande, en el cual los cóndores van dos meses antes de su liberación a aclimatarse al lugar que queda en el filo de la sierra y así interactúan con el viento, comenzando su adaptación”, afirmó la experta del PCCA.
“En sus prácticas de vuelo, van haciendo vuelos muy torpes, pintorescos, hasta que de a poco y junto a sus pares van aprendiendo el arte de volar, en este caso de manera colectiva”, subrayaron.
Otro proceso clave es la conformación de la bandada. Mientras son pichones, deben ayudarse unos a otros para volar, lejos de sus nidos y sus padres, como bandada deben valerse por si mismos. “Los cóndores se unen se consocian y vinculan entre ellos, para lograr superar en equipo cada uno de sus desafíos. No están mamá y papá, como en la naturaleza, entonces lo hacen juntos, en bandada entre ellos, aprendiendo de la mano a volar, interactuando ‘ala a ala’ con los cóndores que ya están en Pailemán”, recalcó Rodríguez.
“En Pailemán hemos liberado cóndores que han sobrevivido que han crecido e incluso han formado parejas y han tenido pichones, tenemos registros de 10 pichones que han nacido en la zona”, concluyó la experta.
Con viento a favor, mientras logra recuperarse y superar todas las pruebas, siendo parte de una bandada, la condor andino juvenil podrá ser liberada a más de mil kilómetros de su tierra natal, donde será libre otra vez, dejando Luján y nuestra querida provincia, pero llevándose consigo una historia increible de vecinos, guardaparques, municipales, veterinarios, cuidadores y organizaciones ecológicas, todos unidos, como plumas de un mismo cóndor.








