El director de la entidad, Luis Jacome, acercó la información a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable para que puedan también observar el comportamiento de Waikiki y Sariri en los cielos sanluiseños.

El Programa de Conservación del Cóndor Andino (PCCA) trabajó junto al Centro de Conservación de Vida Silvestre (CCVS) de San Luis y organizaciones como la Fundación Cullunche, Eco Parque de Buenos Aires y Temaikén en la recuperación de dos ejemplares de cóndores andinos que tienen colocado un dispositivo localizador (de radiomarcaje) GPS-GSM.

Si bien fue un emocionante momento para las trescientas personas que asistieron a la liberación, el retorno a la silvestría de los cóndores presenta desafíos aún más ambiciosos. Primero una adaptación, luego del largo periodo de recuperación. Por otro lado, la interacción con sus pares en el vecindario del cielo.

Sariri, uno de los cóndores liberados, se alejó 2,19 km del lugar de suelta y alcanzó velocidades de hasta 50 km/h. Su último rastreo, realizado hoy a las 11:54, mostró que regresaba al lugar de su liberación, lo que indica su capacidad de orientación y adaptación a su nuevo entorno.

Waikiri, que fue monitoreado al mediodía de hoy, volaba a 53 km/h a 1,74 km del punto de suelta. La trayectoria de ambos cóndores es un claro indicativo del éxito de este programa de conservación, que busca asegurar la supervivencia de esta emblemática especie en peligro de extinción.

“El cóndor tiene un rol insustituible en el ecosistema, porque son carroñeros, es decir que se alimentan de animales muertos que encuentran en el campo y de esta forma eliminan posibles focos de infección en el ambiente natural. Su rol cultural es aún más importante, porque en las comunidades originarias es un ave sagrada”, remarcó Jacome.