Menores de edad los tenían en su poder y los lastimaban con piedras. Un empresario local los recuperó y contactó a la cartera ambiental. Un lechuzón no sobrevivió, el otro se recupera en la Reserva Floro Faunística de La Florida
Un vecino se llevó una triste sorpresa al ver que niños en la Ciudad de San Luis jugaban con dos lechuzones orejudos, agredidos con ondas y piedras, de hecho uno tenía lastimada un ala. Al presenciar esto, fue convocada la Policía Ambiental y el equipo de Fauna que rápidamente asistieron a las aves.
Solo un ejemplar sobrevivió y su recuperación será muy lenta dado que tiene una fractura expuesta en una de sus alas, tiene bajo peso y una debilidad extrema. “Los lechuzones son animales que viven en montes, alejados de la sociedad. Es muy importante que los padres eduquen a sus niños para que no lastimen a los animales y que aprendan de la importancia de cuidar a la fauna nativa”, subrayó la responsable de Fauna provincia, Carla Ocaña Leroy.
El lechuzón orejudo mide de largo entre 30 a 38 centímetros. Tiene un pico gris y su iris es pardo. Su pecho es blanquecino y ocráceo con grandes listones pardo oscuro. Alas y cola ocre con bandas pardas oscuras. Es un animal solitario que se posa en ramas.
Además de los lechuzones, un tero arribó al CCVS tras ser mordido en una de sus patas por un perro. Se recuperó exitosamente y volvió a su hábitat en la reserva de La Florida.