Los gobiernos de San Luis, Entre Ríos y Buenos Aires, junto a la Fundación Temaikén, Aves Argentinas y la Alianza del Cardenal Amarillo liberaron dos docenas de estos magníficos ejemplares de aves canoras que surcan nuestros cielos.

La reinserción a la silvestría de estos ejemplares trae esperanza a esta especie en peligro de extinción. Una magnífica jornada se vivió en un Área Natural Protegida del norte sanluiseño.

Por Fundación Temaikén participaron Alicia De La Colina, coordinadora del Proyecto Cardenal Amarillo; Lina Zabala, Coordinadora Operativa de Rescate Animal en el Centro de Recuperación de Especies. Por la Provincia de Entre Ríos, participó el ornitólogo Fabricio Reales de la Dirección de Recursos Naturales y Fiscalización.

Por Asociación Aves Argentinas asistió Rocío Lapido, responsable del Proyecto Cardenal Amarillo. Por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable provincial estuvieron Giuliana Torti, subdirectora de Parques Provinciales y ANP, y el guardaparque Samuel Olivieri.

Los cardenales liberados fueron decomisados en Entre Ríos, el mes de octubre pasado en un operativo de la Prefectura Naval Argentina. Eran originalmente un contingente de 95 ejemplares, que hacinados en una camioneta, buscaban ser transportados al exterior para ser comercializados.

45 de esos ejemplares fueron confiados a la Fundación Temaikén, integrante de la Alianza Cardenal Amarillo. “Ahí realizamos todo un proceso de recuperación, sanitario, donde hubo chequeos médicos, placas y estudios. También tuvieron su proceso de recuperación comportamental, muy importante para su retorno al hábitat natural”, señaló De La Colina.

“Los estudios genéticos realizados determinaron que su origen era San Luis, por lo que su lugar de liberación debía ser San Luis. Este trabajo en conjunto selló la liberación número quince de esta alianza por la conservación del cardenal amarillo”, remarcó Lapido.

El cardenal amarillo es un ave cantora y vistosa, que habita solo en América del Sur, casi exclusivamente en Argentina. A causa del comercio ilegal de fauna silvestre para mascotismo (posee un plumaje vistoso y un canto muy melodioso) y de la modificación de su ambiente natural por el desmonte de los bosques del Espinal, sus poblaciones disminuyen dramáticamente de manera sostenida. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza se estima que quedan en vida silvestre 2000 ejemplares adultos de esta especie a nivel mundial, y es en Argentina donde se encuentran las mayores poblaciones.